Evaluación

Al llegar al despacho hace unos minutos me he encontrado con un sobre esperándome. Eran los resultados de la evaluación de la docencia del curso pasado.

A efectos prácticos no sirven para nada, ni me van a aumentar el sueldo si son buenos ni me van a despedir si son malos. Pero, con sus limitaciones, a mí me sirven para ver la percepción que mis estudiantes tienen de mí. Para ver en qué aspectos flojeo más e intentar mejorar.

Y no sé... los resultados han sido buenos, pero han sido peores que los de otros años. Y me duele. No porque crea que los resultados son justos o no, sino porque creo que los estudiantes se merecen la mejor formación posible, y mi deber es dársela. Y a la vista de estos resultados siento que tal vez vez no se la esté dando. Tendré qué revisar qué estoy haciendo mal, si vale la pena que siga dando clases.

Es curioso, pero hace exactamente un año escribía sobre mis dudas con respecto a mi futuro profesional. Hoy, un año después, sigo teniéndolas: me encanta dar clases, creo que lo hago relativamente bien, que la gente aprende... Pero el precio es muy elevado, no creo que pueda soportar eternamente tantísimas horas de trabajo diarias. Sólo quiero un poquito de tiempo para mí.

No sé lo que haré el curso que viene. En todo caso, y durante lo que queda de este curso, intentaré seguir dando lo máximo.

Update 10-I-2006: Me acaban de dar un ultimátum para terminar de corregir los exámenes, ¿cómo se llega a una situación así? Y lo que es peor, ¿de dónde saco el tiempo?

Update 10-I-2006 (2): Ya he sacado el tiempo. Otro día de vacaciones que regalaré a la Universidad y se perderá en el tiempo, como lágrimas en la lluvia... [Ya disculparéis que esté ejercitando mi derecho a pataleta, ya llevo demasiadas semanas bordeando mi límite de saturación... ¿Qué es lo que hago mal?]

Hace un año: Back in the city


|